El Gobierno Nacional de la República de Panamá rechazó de manera categórica, que el país sea considerado como un paraíso fiscal y sentenció que no permitiría que sea utilizado como un «chivo expiatorio», reaccionando así a las filtraciones y la posterior reinscripción por parte de Francia en la lista de paraísos fiscales y criticando las duras acusaciones de la OCDE